Durante la Conferencia de Múnich, el presidente francés Emmanuel Macron declaró que quería endurecer el tono frente a las múltiples injerencias rusas en las democracias occidentales. Rusia es acusada de haber influido en las elecciones francesas y de los Estados Unidos a través de las redes sociales. Internet y las telecomunicaciones se imponen como un desafío no solo económico, sino también sumamente político. La soberanía digital es el nuevo campo de batalla europeo.
Europa frente a los gigantes de internet
La soberanía digital es un desafío mayor para Europa. La soberanía digital apareció en los años 2000 y fue definida por el Senado francés como la “capacidad del Estado para actuar en el ciberespacio”. Es la réplica política de la ciberseguridad. Las revelaciones de Edward Snowden en 2013 mostraron el poder de los programas de vigilancia americanos y, más ampliamente, la vulnerabilidad de los Estados y de los ciudadanos frente a la preponderancia de internet. De hecho, las infraestructuras de internet – mayoritariamente chinas (BATX) y estadounidenses (GAFAM) – han modificado nuestras prácticas y se han infiltrado en nuestras vidas privadas, pero también en las administraciones públicas. Una práctica que hace temblar las democracias occidentales. Por eso es necesario equiparse con una capacidad de acción por el control de las herramientas tecnológicas de las redes para evitar que Europa sea la “despensa” digital de los Estados Unidos. Es el caso de Francia que eligió gravar a los GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft) con impuestos, y por tanto se arriesga a enfrentarse a las represalias estadounidenses. Frente a los gigantes de internet que transvasan nuestros datos, Europa debe unirse para afirmar su soberanía y no convertirse en una “colonia digital”.
El 5G: un combate por la soberanía digital y tecnológica
El desarrollo de la 5G que hace Huawei está en el centro de los debates sobre la soberanía tecnológica y digital. Esta política de despliegue es a veces considerada como el “caballo de Troya” de China en Europa: una posición muy controvertida y que suscitó bastantes disputas en la Conferencia de Múnich. Permanecen los miedos sobre las consecuencias que la marginación de Huawei en el desarrollo de la 5G podría tener. De hecho, el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, declaró que descartar a Huawei retrasaría el desarrollo de la 5G “de 5 a 10 años”. En cuanto a los americanos, recordó que eran muy hostiles a que la Unión Europea empleara a Huawei para el desarrollo de la 5G, porque constituiría una amenaza para la OTAN. El primer proveedor de telecomunicaciones fue excluido de los Estados Unidos, y eso obligó a los consumidores a dirigirse hacia otros proveedores.
El Comisario europeo de Mercado interior, Thierry Breton, ha llamado a la Unión Europea a dotarse de alternativas tecnológicas eficientes a fin de no depender integralmente de los chinos y de los estadounidenses. Un discurso que tiene vocación de tranquilizar a las empresas europeas de telecomunicaciones como Nokia o Ericsson, significativamente afectadas por la concurrencia del gigante chino. Pero Thierry Breton dijo que quedaba abierto a que Huawei desarrollara la 5G en Europa, si las reglas de la Unión eran respetadas. China evocó la posibilidad de recurrir a represalias si el proveedor chino fuera excluido del continente.
Es una meta mayor para el Viejo Continente, que no logró construir su soberanía digital. Es necesario para la Unión que asegure su independencia tecnológica para esperar tener peso frente a los gigantes de las redes internet. Aceptar el despliegue de la 5G por Huawei sin condiciones debilitaría aún más su capacidad de acción y desfavorecería las infraestructuras de telecomunicaciones europeas.
El “Gran Formato Europeo” es una colaboración única entre cinco revistas en línea francófonas y anglófonas: Le Taurillon y The New Federalist (las ediciones francesa e inglesa de la revista de los Jóvenes Federalistas Europeos, de la que El Europeísta es la edición española), Voix d’Europe, Eurosorbonne y Courrier d’Europe – Made in Sorbonne. Cada mes, un tema es tratado en profundidad por sus redactores para dar a los lectores una visión precisa y diversa de la actualidad europea e internacional.
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