Erasmus: el estudiante que viaja... ¡pero muchas más cosas!
Contrario a lo que se suele creer, el programa Erasmus ya no se limita a estudiantes universitarios, sino que se ha ampliado a estudiantes de secundaria, en prácticas, profesores, instructores, personas que buscan trabajo, recién graduados, deportistas, artistas... De hecho, Erasmus pasó a llamarse Erasmus+ para subrayar la ampliación del programa a un público más amplio.
Gracias a Erasmus, muchos ciudadanos europeos tienen la posibilidad de estudiar, trabajar, o realizar un aprendizaje, unas prácticas o una formación en otro país europeo. Más allá de la dimensión educativa, Erasmus permite también un enriquecimiento cultural y lingüístico único, al permitir a los jóvenes (y a los no tan jóvenes) ciudadanos europeos beneficiarse de una inmersión completa en otro país, aprender su idioma, descubrir su cultura y cómo funciona, mientras estudian, trabajan o viajan con otros europeos. Los bebés Erasmus son solo un ejemplo de las relaciones humanas que pueden forjarse entre europeos a través del programa.
Por cierto, los orígenes del programa distan mucho de haber sido establecidos por un solo país. La aventura Erasmus nació de los esfuerzos conjuntos de europeos decididos: el francés Jacques Delors, los italianos Domenico Lenarduzzi y Sofia Corradi, el español Manuel Marín, la griega Angeliki Verli, el británico Alan Smith, el alemán Peter Küpper y muchos otros.
La movilidad europea: ¡Erasmus y más allá!
Sin embargo, las oportunidades de movilidad en Europa no se «limitan» a Erasmus. Otros programas permiten a los jóvenes europeos beneficiarse de una experiencia en el extranjero.
Para los más jóvenes, el programa DiscoverEU, lanzado en 2018, permite a los ciudadanos europeos de 18 años viajar por Europa gracias a un pase Interrail proporcionado por la Unión Europea. 70.000 jóvenes se han beneficiado de la iniciativa desde su creación.
Menos conocido que Erasmus, el Servicio Voluntario Europeo (SVE), una especie de equivalente europeo al Consejo Nacional de Organizaciones Voluntarias del Reino Unido, permite a los ciudadanos europeos de entre 17 y 30 años inscribirse en proyectos de interés general (protección del medio ambiente y la naturaleza, acogida de refugiados, proyectos culturales, cooperación al desarrollo, etc.) en otro país europeo, durante un periodo de 2 a 12 meses. Pueden hacerlo a través de un voluntariado, unas prácticas o incluso un trabajo. Más allá de comprometerse con un proyecto, también se trata de promover los valores de la UE, especialmente la solidaridad. De hecho, en 2019 el SVE cambió su nombre por el de Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES), para destacar mejor la importancia de este valor fundacional de la UE, en el corazón del programa. El multilingüismo es también un pilar: paralelamente a los proyectos, los voluntarios tienen la posibilidad de beneficiarse de un apoyo lingüístico.
Por último, el arte también cuenta con un programa específico. En un continente que alberga una diversidad histórica, cultural, artística y lingüística única, es esencial proteger esta riqueza y permitir a los europeos descubrir el patrimonio de sus vecinos, pero también su patrimonio cultural compartido. El programa Europa Creativa permite a los artistas y profesionales de la cultura viajar por Europa para difundir su arte, y facilita la movilidad de los propios objetos culturales. Los festivales de cine, la traducción de obras literarias, además de programas audiovisuales, se benefician de esta iniciativa.
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