De Estocolmo a Essen : « Las capitales verdes europeas »

, de Mathieu Henceval

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De Estocolmo a Essen : « Las capitales verdes europeas »

Cada año la Comisión europea premia a una ciudad por sus esfuerzos en el ámbito del medio ambiente. Después de Estocolmo, Hamburgo, Vitoria-Gasteiz, Nantes, Copenhague, Bristol y Ljubljana, la Comisión europea ha entregado la corona a la ciudad alemana de Essen para 2017.

¿Por qué premiar a una “capital verde”?

Más de los dos tercios de los europeos reside en un entorno urbano. Esta situación tiene numerosas consecuencias sobre la gestión y el uso de los recursos naturales, el uso de la energía, la movilidad urbana o la gestión de los residuos. La economía verde experimenta un crecimiento importante. Además, las ciudades deben multiplicar sus esfuerzos para atraer y retener talentos. Así, las ciudades no deben solo poder ofrecer empleos de calidad sino también un entorno de vida sano y sostenible para sus ciudadanos.

En 2006, una quincena de ciudades europeas entrega a la Comisión europea un memorándum sobre el titulo de “capital verde europea”. En 2008 la Comisión europea lanza la iniciativa de la “capital verde europea”.

La Comisión desea, mediante este premio, recompensar y promover los esfuerzos para el medio ambiente emprendidos por una ciudad. Se trata en particular de acciones concretas que mejoran la movilidad urbana o la gestión de residuos, soluciones para reducir la contaminación acústica o la puesta en marcha de un enfoque integrado de gestión urbana a largo plazo. Las “capitales verdes” constituyen modelos que deberían inspirar a otras ciudades que desea mejorar sus logros medioambientales. Las ciudades deben tener una población superior a los 100 000 habitantes. En el caso de que el país no conste de ninguna ciudad de más de 100 000 habitantes, se trata entonces de la ciudad mas importante del país. La Comisión acaba de lanzar recientemente la iniciativa piloto de la “hoja verde europea”. Basada en el mismo modelo que la “capital verde”, este premio esta dirigido a ciudades de menos de 100 000 habitantes. Las ciudades españolas y portuguesas de Mollet del Vallès y Torres Vedras son las primeras en recibir este premio.

Pequeño recorrido por las capitales verdes europeas

La capital sueca inauguró el premio en 2010. En la “Venecia del Norte”, las emisiones de CO2 han sido reducidas de un 25% desde 1990 y 90% de sus ciudadanos viven a menos de 300 metros de una zona verde. Estocolmo se ha marcado como objetivo de no depender más de las energías fósiles en 2050. A Hamburgo, segunda ciudad y primer puerto de Alemania le tocó recoger el galardón en 2011. La ciudad se ha fijado como objetivo reducir sus emisiones de CO2 de un 40% en 2020 y de un 80% en 2050. Para conseguirlo la ciudad pone de relieve a una red de transporte público eficaz a menos de 300 metros de cada ciudadano. Unos de los grandes desafíos para la ciudad es asumir una gestión más inteligente del espacio ocupado por el puerto, el tercero de Europa por su tonelaje. Vitoria-Gasteiz, capital administrativa del País Vasco Español accede al prestigioso premio en 2012. La naturaleza se han invitado en toda la ciudad y sus 240 000 ciudadanos gozan de un acceso a numerosos espacios verdes. Además, la ciudad aboga por la educación y la sensibilización a la preservación de la biodiversidad así como a la gestión eficaz del agua. La ciudad de Nantes en Francia, capital verde 2013, ha puesto en marcha una política de movilidad sostenible basada en la utilización de los transportes públicos y la bicicleta.

El premio vuelve en 2014 al Norte de Europa con Copenhague. La capital danesa sobresale en numerosos ámbitos. La Comisión europea ha recompensado sus esfuerzos para una transición hacia una economía baja en carbono así como su estrategia de comunicación y implicación de sus ciudadanos. Universidades, empresas y diversos organismos trabajan juntos para poner en marcha una economía verde que responda a los desafíos económicos, medioambientales y sociales.

Este año la ciudad de Bristol en el suroeste de Inglaterra ha sido premiada. Ha invertido masivamente en la movilidad y la energía sostenible y tabla sobre la creación de 17000 empleos en sectores bajos en carbono de aquí a 2030. El próximo año la capital de Eslovenia, Ljubljana será noticia por sus esfuerzos en materia de transporte urbano sostenible y por la creación de numerosas zonas verdes. En junio de este año la Comisión europea ha galardonado a la ciudad alemana de Essen durante una ceremonia celebrada en Bristol. El jurado ha valorado el sistema de gestión del agua, puesto en marcha por la ciudad y en particular para las aguas de lluvia y la prevención de inundaciones.

La cooperación entre ciudades es esencial

Las ciudades son terrenos para la puesta en marcha de políticas de lucha y adaptación el cambio climático y de preservación del medio ambiente. Son también laboratorios para la puesta en marcha de soluciones sostenibles e inteligentes que mejoran el medio ambiente urbano.

Mediante las capitales verdes, la Comisión quiere también favorecer una mayor interacción entre estas ciudades. Las capitales verdes se reúnen así varias veces al año con el fin de intercambiar sus experiencias. No lo diremos nunca suficientemente, la cooperación esta y debe permanecer en el corazón del proyecto europeo.

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